Opinión

¿Será el turismo interno en Argentina el primer paso de una reapertura económica sostenible?

En argentina, en las últimas semanas varias provincias como Misiones, Salta, La Rioja, Catamarca y Mendoza decidieron abrir su turismo interno para que los propios habitantes puedan recorrer atractivos y realizar mayormente excursiones al aire libre con estrictos protocolos de higiene y seguridad. La medida tiene como finalidad comenzar a mover las economías regionales y solventar de alguna manera la caída estrepitosa de fuentes laborales producto de la recesión por la pandemia de Coronavirus.

Sin duda es una propuesta muy positiva que levanta el ánimo de muchos prestadores y potenciales turistas a la vez que predispone a los actores involucrados a llegar acuerdos entre el sector público y privado.

La reapertura progresiva supone para algunas jurisdicciones la creación de lo que se denominan “corredores seguros”: que son circuitos en los que el ciudadano puede desplazarse de manera cercana en una misma provincia con la seguridad que el lugar está exento de la circulación del virus, o al menos no se han detectado casos en las últimas semanas. Así lo programó por ejemplo la provincia de La Rioja que tomará la zona Oeste de su provincia como prueba de esta experiencia local, uniendo localidades muy visitadas como Chilecito y Villa La Unión. Esta iniciativa claro, no está exenta de riesgos como lo que sucedió en la norteña provincia de Jujuy que siendo la primera en abrir su turismo interprovincial debió volver atrás con esta iniciativa y sus actividades a Fase1 por contagios de COVID.19 atribuidos a la frontera con el país de Bolivia.

Muchos han comparado el comienzo de esta pandemia con lo ocurrido en la argentina allá por el 2009 cuando la llamada gripe influenza paralizaba a muchas actividades, sobre todo artísticas y culturales para recibir espectadores. Si bien con el paso del tiempo vimos que el COVID 19 es un fenómeno mundial (de allí su categorización de pandemia ) la sensación que muchos ciudadanos tienen hoy como lo ocurrido en el 2009 es el miedo: Infundido muchas veces por los medios de comunicación pero objetivamente producto de no poder encontrar una solución sanitaria a un enemigo invisible.

Visto y considerando que la actividad turística es hoy en día la más afectada y la situación tenderá agravarse a medida que pasa el tiempo; la posibilidad de encontrar una forma de viajar en cercanía constituye sin duda un verdadero estímulo económico y propone a la vez dejarnos seducir por las historias, los paisajes y las aventuras de nuestra tierra; muchas veces olvidada y poco valorada. Por lo tanto es importante destacar desde nuestro rol de comunicadores estas iniciativas de turismo local entendiendo que se genera un nuevo circuito laboral, se infunde ánimo a sus actores.

Tal como comenzaron estas provincias a desarrollar los protocolos y recuperar el empuje de trabajo para sus hoteleros y gastronómicos sería de vital importancia además una plena capacitación de guías locales reivindicando el conocimiento de la historia como de sus atractivos naturales para que la tarea que se ejerce sea con una vocación genuina y logre que el mismo ciudadano se convierta en divulgador de los circuitos .

Además, sería muy conveniente que desde el sector público se realicen convenios con bancos, tarjetas o clubes regionales para generar promociones verdaderamente atractivas que capten la atención de toda la familia y no se conviertan en viajes exclusivos para unos pocos.

El desafío sin duda se nos presenta para todos que trabajamos en la actividad turística como un riesgo pero también como una posibilidad de encarar acciones sostenibles en el tiempo. Ejemplo de ello sería rearmar y promover rutas o circuitos gastronómicos, históricos o de naturaleza que tiene cada una de las provincias o regiones particulares tal como lo hizo la provincia de Misiones con su Ruta de la Yerba Mate que une productores, yerbateras y consumidores en un recorrido especializado hoy Patrimonio Cultural y turístico de Argentina.

Esperemos que se sepan revalorizar nuestras propias riquezas con productos sustentables y atractivos y que al menos esta pandemia nos traiga el orgullo de pertenecer a un país que se puso de pie a tiempo y aprovechó el momento para enaltecer su potencial.

 Lic. Vanesa Dallazuana