Cuando se piensa en playas argentinas, los primeros nombres que aparecen en la mente son Mar del Plata, Cariló, Pinamar o Villa Gesell. Sin embargo, hay muchas más opciones. Y algunas de ellas, muy pocos las conocen. Por eso desde Espacio Viajes dejamos una pequeña lista de cinco playas que vale la pena descubrir, donde la naturaleza y la paz son todavía joyas geniunas.
1) Quequén
A lo largo de toda la playa de Quequén, en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, se pueden ver formaciones rocosas que se internan en el mar, dunas, acantilados y restos de antiguos barcos naufragados que completan una escenografía agreste. Separada de Necochea por el río Quequén Grande, es una zona balnearia de arenas gruesas, con pequeños médanos y una extensión de 15 kilómetros desde la escollera hasta el Balneario de Costa Bonita. Las playas de Quequén contrastan con las de Necochea y son el punto elegido por surfistas.
Además, a sólo 5 kilómetros de allí comienza Bahía de los Vientos, un sector de playas y viviendas residenciales de estilo mediterráneo. Como detalle, en esta zona se encuentran los restos de un barco encallado, Pesuarsa II, en el que se inspiraron muchos artistas y fotógrafos.
2) Las Conchillas
Las Conchillas se encuentra a orillas de la Bahía San Antonio, dentro del Golfo San Matías en Río Negro, a 60 kilómetros de Las Grutas. Es una playa con agua turquesa y transparente, casi sin gente y sin ruido.
Son varias las particularidades que la vuelven única. Primero, su color, tan blanco que encandila. Después, se destaca por su extensión. No importa lo que indique la tabla de mareas, siempre habrá espacio de cara al mar. Las costas de esta zona son una invitación al relax. Por último, sus sonidos la distinguen hasta volverla inigualable. Por ejemplo, el del crujir de los caracoles al hundirse bajo las pisadas. O el de las valvas al elevarse por la acción de las olas, y sonar como vidrios al caer nuevamente sobre la orilla.
También cuenta con servicios que le aportan confort, como dos paradores que ofrecen desde comestibles hasta platos elaborados en base a pescados y mariscos, o tragos frescos para beber al borde del agua.
3) Yuco
A sólo 25 kilómetros de San Martín de los Andes, en Neuquén, Yuco es una bellísima península sobre el lago Lácar, que ofrece aguas color verde esmeralda y un entorno único de arrayanes. La playa se encuentra dentro de la jurisdicción del Parque Nacional Lanín y queda a 29 kilómetros de la localidad, camino al Paso Internacional Hua Hum. Esconde un par de bahías pequeñas de arena blanca, con rocas y aguas verdes que reflejan la vegetación circundante.
Tiene un área de recreación diurna para almorzar y desde allí también parte la senda que conduce al sendero Las Corinas, que atraviesa el bosque y es apto para recorrer con la familia.
Se accede por una ruta de ripio, pero la recomendación es no quedarse en la primera playa del camino sino animarse a hacer un poco de trekking y explorar entre las rocas, ya que hay varios piletones naturales que vale la pena descubrir.
4) Cambacuá
La Isla Cambacuá emerge frente a la Isla del Puerto, a pocos minutos de la ciudad de Concepción del Uruguay, Entre Ríos y se extiende a lo largo de 23 kilómetros. Tuvo su origen en un solitario banco de arena que el tiempo convirtió en un reservorio ecológico. El balneario despliega sus 5 Kilómetros despejados de vegetación en la costa noroeste de la isla, cautivando con su extensa arena blanca sobre el río Uruguay.
Para confort del visitante, se dispuso en el sector de playas servicios indispensables como sanitarios, alquiler de sombrillas y expendio de gastronomía, con el debido cuidado de preservar el aspecto agreste. Se conservan asimismo, en estado natural, otros 18 Kilómetros plenos de vegetación, especies autóctonas, y playas vírgenes acomodadas entre el follaje.
Desde la ciudad de Concepción del Uruguay se accede en catamarán, lanchas o kayak y es uno de los sitios más elegidos por familias y jóvenes los fines de semana.
5) Pehuen-Co
El balneario Pehuen-Co se encuentra al sur de la provincia de Buenos Aires, a 81 kilómetros de Bahía Blanca. Está enmarcado por variadas dunas y se encuentra en un parque arqueológico con huellas fósiles de más de 12.000 años que fueron analizadas por el mismísimo Charles Darwin en 1832. Todos los veranos recibe a cientos de turistas que buscan tranquilidad e intimidad.
Uno de los paseos más recomendados para la familia cercano a la playa es el Bosque Encantado, forestado con cipreses, pinos y eucaliptos, que se encuentra a sólo 5 kilómetros de distancia y pone de manifiesto la importancia del cuidado del medio ambiente.
