Relatos en primera persona

Queremos tanto al zoom

Por Pablo Miranda: Odontólogo, escritor. Coautor de la saga La cripta de los Casares, declarada de Interés Educativo por la Legislatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Autor de Mensajes escritos en los zócalos (Niña Pez Ediciones, 2020)
Dentro de los infinitos placeres que uno puede encontrar en su paso por la Tierra, elijo, sin dudas, viajar. Es allí donde se abren las puertas hedonistas del conocimiento y una sed extraña nos devora: maravillados por los mágicos portales que se abren, de pronto nos convertimos en cronistas, poetas, arqueólogos, detectives de la historia.
Quedamos pasmados por la inmensidad de un Coliseo vacío, preguntándonos si en esas arenas los leones efectivamente se comían a los cristianos, o si algunas de esas rocas que pisamos camino al Partenón, subiendo esa empinada colina, habrán yacido bajo las sandalias de algún filósofo ateniense.
La pandemia, empero, abofeteó los proyectos de millones de curiosos que, como yo, buscamos en cada lugar que visitamos su raíz, sus preguntas, alguna historia.
En ese marco, como escritor y coautor de una saga de literatura juvenil y fantástica (La cripta de los Casares, Editorial del Naranjo), se nos ocurrió junto a Gabriela-mi mujer y la otra coautora- que sí, viajar era posible sin salir de casa: bastaba ayudarse con la tecnología.
Paradójica ironía, literatura y tecnología no venían llevándose bien; la una culpaba a la otra de la falta de lectura en jóvenes y niños, refugiados tras las pantallas de dispositivos.
La saga citada comienza en el Cementerio de la Recoleta.  Decidimos, entonces, convocar a nuestros seguidores (IG: @lacriptacasares) a un espacio virtual que dimos en llamar Tertulias virtuales.
Sí, como en aquellos tiempos de la colonia, cuando, entre paso y paso de minué, hombres y mujeres se enamoraban, patriotas y no tan patriotas conspiraban y “rosqueaban”, y los habitantes de esta aldea debatían de política, artes y música.
Y en ese largo camino que empezó en abril y terminó a fin de año, nuestros “tertulianos” (así se autoapodaron nuestros fieles seguidores) pasearon con nosotros por el cementerio, en espectáculos donde, con imágenes, sonido, música y relatos; los fuimos llevando por los secretos, mitos, misterios y también, por supuesto, la historia de este verdadero museo a cielo abierto.
Poco después, iniciamos otro paseo virtual, esta vez por el casco histórico de la ciudad, mostrando la vieja y la nueva Buenos Aires, viajando en el tiempo desde su fundación hasta la actualidad. (Disponible actualmente bajo la modalidad on demand en www.nubecultural.com.ar)
Viajar o no viajar, esa es la cuestión. Lo importante es adaptarse. Gracias Darwin.