Relato de viajero en Chile

Un lugar libre de credos: el Templo Bahá’í de Sudamérica

Por Eric Barrantes, periodista turístico de Perú

La segunda vez que visité Santiago de Chile fue a inicios del 2020 y entonces me preguntaba qué me habría faltado conocer la última vez que estuve por ahí en enero del 2013. Mis amigos Shirley e Iván también se preguntaron lo mismo, pero no demoraron en decirme: “Vamos al templo”. Les pregunté a qué se referían y me comentaron que se trataba de un atractivo turístico que consistía en un centro de adoración, pero abierto a todas las religiones y creencias.

Sonaba muy bien, pues siempre es bueno darse un tiempo para la reflexión y meditación, así como para el agradecimiento y yo me sentía muy agradecido con el universo por haber podido viajar a Chile y obtener mi grado de Magíster en Docencia para la Educación Superior, precisamente el objetivo principal de este viaje.

Mis amigos no habían tenido la oportunidad de visitar el famoso Templo antes, así que qué mejor ocasión para ir juntos a conocerlo. Luego de más o menos 45 minutos en auto desde San Bernardo, llegamos a la comuna de Peñalolén y, desde lo lejos, comenzamos a divisar el templo en lo alto de una colina ubicada en la precordillera de los Andes.  A la distancia se veía como una especie de observatorio, pero, conforme nos acercábamos, podíamos apreciar una arquitectura impresionante y lo fue más aún al verla de cerca.

Parqueamos el auto en un área acondicionada para los estacionamientos y subimos por una serie de gradas que llevaban directo a esta majestuosa construcción conocida como el Templo Bahá’í de Sudamérica Casa de Adoración Bahá’í de Sudamérica y su nombre se debe a que pertenece a la Fe Bahá’í o bahaísmo, una religión fundada en Irán a mediados del siglo XIX por Bahá’u’lláh.

Alrededor del mundo se han construido 10 templos bahá’í: en Nueva Delhi (India), Battambang (Camboya), Hesse (Alemania), Kampala (Uganda), Nueva Gales del Sur (Australia), Tiapapata (Samoa), Illinois (Estados Unidos), Ciudad de Panamá (Panamá), Santiago de Chile y el más reciente en Norte del Cauca (Colombia). Hubo también uno construido en Ashgabat (Turkmenistán) en 1908, pero fue demolido en 1963 debido a los daños que sufriera su estructura luego del terremoto de 1948.

En Santiago, este lugar de culto está ubicado aproximadamente a 17 kilómetros al este del centro, en la quebrada Nido de Águila, y a mil metros de altura. Se inauguró en el 2016 y se construyó con la idea de brindar un espacio tranquilo, sin rituales ni ceremonias, para toda persona que desee realizar libremente algún acto de oración o meditación en silencio sin importar su religión o creencia.

Su increíble diseño circular está rodeado de áreas verdes y desde ahí se tiene una bella vista de la ciudad. A algunos nos podría parecer una especie de nave espacial, pero si nos percatamos bien, su forma representa una flor de 9 pétalos y, como es común en todo templo bahá’í, tiene 9 lados con 9 puertas de acceso que representan la apertura y bienvenida a toda persona sin importar su credo. Mide 30 metros de alto por 30 de diámetro y su interior está conformado por columnas de acero curvadas y revestidas de mármol traído de Portugal, mientras que su exterior está revestido de vidrio fundido transparente.

Durante el día, la luz natural ilumina su interior; mientras que en la noche, la luz de su interior ilumina el exterior como una pantalla gigante de lámpara. Su construcción demoró seis años y estuvo a cargo de la oficina canadiense Hariri Pontarini Architects, la misma que ha obtenido por esta obra diversos premios y reconocimientos. Su arquitecto fue Siamak Hariri y el diseño de los jardines le fue encargado al paisajista chileno Juan Grimm.

Antes de entrar al templo, un grupo de anfitriones brasileños nos dieron la bienvenida y nos brindaron algunas recomendaciones, como el no tomar fotos y mantener silencio.  Al ingresar, pudimos tomar gratuitamente unos libritos con oraciones dirigidas a un Dios universal.  No hay ningún altar ni imágenes y las bancas están distribuidas en forma semicircular.  En cada una de las paredes hallamos breves extractos de los escritos de Bahá’u’lláh y si uno levanta la mirada, puede ver una hermosa cúpula cuyo centro pareciera ser un ojo que todo lo ve y en el que está escrito una representación caligráfica en árabe que dice “Oh, tú, gloria del más glorioso”.

Además de sus bellos jardines, en las afueras podemos encontrar una larga laguna artificial en forma rectangular donde uno puede sentarse a meditar y observar el horizonte.  Fueron momentos para admirar la belleza que nos rodea y prestar también atención a nuestra belleza espiritual. Un mirar hacia adentro y hacia afuera. Fueron momentos de agradecimiento, desconexión y recarga de energías para luego disfrutar de una rica picada en el camino de regreso y de un pequeño asado en casa.

Gracias por haberme regalado este momento y por haberlo compartido conmigo, queridos amigos Shirley e Iván. Hasta el próximo viaje.

Dirección exacta:

Diagonal Las Torres 2000, Peñalolén – Chile

Actualmente, debido a la pandemia, está abierto solo a visitantes con cupo reservado mediante inscripción previa en su sitio web https://templo.bahai.cl/