Vivencias argentinas

Pehuajó y Coronel Pringles, dos destinos para descubrir con anécdotas y gastronomía

Pehuajó y Coronel Pringles se mueven con el ritmo apacible que caracteriza a las ciudades alejadas de los grandes centros urbanos. Son dos municipios de la Provincia de Buenos Aires que invitan a recorrer sus plazas arboladas, edificios emblemáticos y bellezas naturales.

El pago de Manuelita

Conocido por ser el destino en que habitó la tortuga Manuelita, según la canción de María Elena Walsh, Pehuajó está ubicado en el noroeste de la provincia de Buenos Aires a 365 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a 409 kilómetros de la capital bonaerense.

Se fundó el 3 de julio de 1883 bajo la gobernación de Dardo Rocha y su nombre proviene del idioma guaraní que significa “estero profundo”. Rocha participó en la Batalla de Pehuajó de 1866 que se libró a orillas del arroyo homónimo en la provincia de Corrientes, hecho que lo marcó y por eso, cuando fue gobernador, tomó la decisión de bautizar al municipio con la misma palabra.

Por su parte, José, autor del “Martín Fierro”, fue una clara inspiración para el desarrollo artístico y cultural de los habitantes. El 10 de noviembre de 1972, al cumplirse cien años de la obra, se colocó en la plaza Dardo Rocha el monumento en honor al gaucho Fierro.

Los visitantes que llegan se sorprenden con el parque San Martín, localizado en el corazón de la ciudad. Dos pequeños islotes se disponen sobre el lago artificial, atravesado por puentes y rodeado de una intensa vegetación exótica y autóctona.

El predio cuenta con un sector de juegos y un anfiteatro en el que se lleva a cabo el Festival Nacional de Folklore Surero y el Festival Infantil “Manuelita de Pehuajó”, en homenaje a la creadora de la canción.

El bodegón de El Batería es uno de los atractivos del pueblo donde se puede degustar gastronomía casera con sabor a campo.

Desconexión, senderos en bicicleta y gastronomía

Coronel Pringles tiene una gran variedad de propuestas: recorridos en bicicleta, el encuentro con la naturaleza, visita a pueblos rurales y degustación de una gastronomía con identidad propia.

Los caminos de campo son la mejor opción para descubrir, en auto o en bicicleta, la belleza de la llanura. Otras de las actividades recomendadas es realizar senderismo y visitar el paraje Fra-Pal, donde niños y adultos podrán experimentar la alegría de alimentar a animales silvestres como llamas y ciervos.

Los turistas que arriben a Fra-Pal podrán hacer una caminata al cerro La Adolfina y al finalizar la visita degustar una sabrosa picada con productos caseros elaborados en el lugar.

Además, ofrece la posibilidad de hacer cabalgatas, trekking y recorridos por el Río Sauce Grande. La cocina criolla con sus empanadas artesanales y el cordero al asador con aroma a tradición, deleita paladares de otras regiones.

Esta región bonaerense es perfecta para los aficionados a descubrir nuevos sabores. Distintos productos pringlenses invitan a vivir sensaciones únicas como los vinos espumantes de las variedades chardonnay y pinot noir de la bodega Myl Colores, la cerveza Cardiff en sus versiones pilsen, ipa, porter del Báltico y red lager y el aceite de oliva, a base de las especies picual y arbequina.

Por otro lado, la ciudad cabecera del partido atrapa a los visitantes con la tranquilidad de sus calles y la majestuosidad del palacio municipal construido por el arquitecto Francisco Salamone. El edificio tiene su continuidad estilística en una plaza ornamentada con bancos, pérgolas y columnas.

A menos de diez kilómetros de allí se encuentra el paraje La Paloma que cuenta con un museo histórico. La comisión de esa institución recibe a los turistas con picadas, cordero al asador, chorizo casero y diversos platos al disco. Los expertos dicen que nadie puede irse sin saborear el flan casero con dulce de leche.

En el pueblo turístico de Indio Rico, a setenta kilómetros de Coronel Pringles, las mejores fotos se obtienen desde la torre de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, a la que se sube luego de un paseo por su interior. También se puede visitar la casa de las artesanas locales donde exponen sus tejidos artesanales, vasijas y otros productos.

Más información en buenosaires.tur.ar