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Valeria del Mar y Marisol, playas tranquilas y verdes en Buenos Aires

¿Te seduce conocer pequeños pueblos junto al mar? Las orillas escondidas de la costa bonaerense invitan a abrazar sus aguas y a caminar por la arena limpia.  El sonido de las olas llega con la magia de postales inolvidables en dos balnearios bonaerenses con nombre de mujeres. Valeria del Mar, en Pinamar; y Marisol, en Coronel Dorrego, se disfrutan durante todo el año.

El aroma de los pinos entre la brisa costera

A orillas del Mar Argentino, con playas de 200 metros de ancho, bosques inmensos, médanos que parecen extenderse al infinito y los colores sol reflejados en el mar, la localidad de Valeria del Mar deslumbra.

En el destino se suman actividades de turismo aventura y experiencias para todas las edades. Travesías todo terreno, cabalgatas, itinerarios diurnos y nocturnos en cuatriciclos, bicicleteadas y jeeps; excursiones de pesca, diversidad de deportes y un pintoresco centro comercial, con restaurantes exclusivos y casino, atrapan a turistas y visitantes.

Un bosque de pinos, cipreses, eucaliptos y robles permuta cada rincón. “El sol y la brisa costera intensifican el aroma de la floración”, aseguró Matias “Nené” Di Gregorio, emprendedor valerense. Su jardín y el de los vecinos aportan al paisaje jazmines, begonias y especies arbustivas.

Un hermoso pueblo costero de 200 habitantes 

La serenidad, incontables médanos y la particularidad del agua donde el Río Quequén Salado se confunde con el Océano Atlántico, dan forma a Marisol, un pago costero ubicado en el sudeste de la provincia de Buenos Aires.

En la localidad del distrito de Coronel Dorrego, alejada de las grandes urbes y enmarcada por paisajes ribereños, boscosos y marítimos, viven 200 personas. Eucaliptos, álamos, pinos, médanos blancos y forestados, y sus playas de cincuenta kilómetros, crean una magnífica escenografía para el regocijo en familia.

En esta postal sureña es común la práctica de deportes acuáticos como kitesurf o surf o stand up paddle o pesca deportiva en el Río Quequén y Mar Argentino.

Su puente antiguo, que recuerda el trazado original del Balneario Marisol; los saltos naturales del Río Quequén Salado, las cascadas  Mulpunleufú y Cifuentes- identificada como el salto más alto de la provincia de Buenos Aires con 7 metros de altura- y La cueva del Tigre, son parte de los imperdibles de este destino.

“Los visitantes de Marisol se van muy contentos, justamente por desconectar de las ciudades y conectar con la naturaleza y los habitantes de acá. Desde la primera vez, se sentirán muy bienvenidos por parte de todos, y la verdad que es una comunidad muy linda y muy compañera”, concluyó Bautista.

Valeria del Mar y Marisol, pequeñas localidades costeras de la provincia de Buenos Aires, convierten cada estadía en un descanso perfecto a donde siempre queremos volver.