Por Fernando Westergaard, Turismo&Gestión
Con la llegada del invierno, 232 kilómetros al sur de la capital mendocina, emerge la ciudad de San Rafael, abrazada por un paisaje que conjuga montañas, valles y el paso próximo de los ríos Atuel y Diamante, dibujando postales que se completan con los picos nevados que se advierten en las alturas de la Cordillera de los Andes. Senderismo de aventura, historia y cultura en la arquitectura, museos, la oferta gastronómica y las bodegas, componen una paleta multicolor para recibir a visitantes de todas las edades.
Magnífico por sus escultóricas dimensiones y por la diversidad de sus colores, el Cañón del Atuel es, sin dudas, uno de los atractivos naturales predilectos para quienes arriban en invierno a San Rafael. Por su parte, el imponente espejo de agua de Valle Grande completa una oferta natural en la que la presencia humana se rinde ante el inasible entorno. Para quienes gustan de la naturaleza con la aventura, la represa de Los Reyunos es otra posta irrenunciable.
Aquellos visitantes que llegan ávidos de conocer historias y paisajes nuevos quedan maravillados con Villa 25 de Mayo, un “pueblo museo” urbano rural, ubicado a apenas 25 de kilómetros de San Rafael, en el que se pueden conocer construcciones y viviendas que datan de principios del Siglo XIX y que aún conservan estructuras de adobe original. El colorido de un paisaje puro y el cálido ritmo de vida del lugar se conjugan en esta experiencia muy especial.
El clima en el que predominan los días de sol a lo largo del año y temperaturas favorables para la maduración de la uva, hacen de San Rafael una tierra ideal para la producción de una gran variedad de vinos de diferentes sabores, aromas y colores. Por ello, para el turismo que llega desde diversas latitudes y longitudes, es ineludible la visita a las más de 20 bodegas de altísima calidad de la localidad. Visitas guiadas permiten a los turistas tomar contacto con las instalaciones, los procesos de elaboración, la historia de la tradición viñatera; y, por supuesto, acceder a la degustación de exquisitos, reconocidos y selectos vinos, de varietales como Malbec, Syrah, Cabernet y Bonarda, entre otros.
Cabe subrayar que San Rafael es una de las pocas regiones del país que cuenta con Denominación de Origen Controlada, DOC, lo que garantiza una identidad de vinos de alta calidad.
No se debe soslayar que San Rafael es parte de las Rutas Gastronómicas de Mendoza, con 13 restaurantes, en los que se destacan sus cartas, ambientaciones, la atención personalizada y la defensa de los productos autóctonos en sus platos. La variada oferta gastronómica de San Rafael ofrece chivitos y costillares a las brasas, el particular sabor del jamón crudo, empanadas y tortas fritas, cocina internacional y gourmet; en restaurantes variados, bodegas, casas de té, bares, cafés, parrillas, pizzerías y trattorías.