El puma deja de ser una plaga para la ganadería y objeto de caza para convertirse en un atractivo para la observación turística en el Parque Patagonia Argentina y alrededores, en Santa Cruz, mediante una iniciativa sustentable que mantiene su rol en el ambiente y además beneficiará a las economías regionales en el nuevo turismo.
Si bien figura en una extensa lista de especies para el avistamiento en esa reserva natural mixta, este gran felino descuella entre todas y genera especial interés en los visitantes, según experiencias similares en la Patagonia chilena y en el Pantanal matogrosense, en Brasil, en este caso con su “pariente” el yaguareté.
Los ganaderos de esa región del noroeste santacruceño ya no tendrán problemas con el puma y su presencia en sus tierras significará una fuente de ingresos, mediante una propuesta de la Fundación Rewilding Argentina, que donó las tierras para la creación del Parque Nacional Patagonia en 2014.
El plan para los productores es reemplazar la crianza de vacas u ovejas, en forma parcial o total, por el negocio de la observación turística del puma, que además de ser rentable es una actividad más saludable para el ambiente.
La propuesta que quiere aplicarse al país tiene como modelo la experiencia de Torres del Paine, en Chile, donde el avistamiento de pumas tiene gran demanda turística tanto dentro del parque nacional del mismo nombre como en las estancias cercanas.
Sobre el habitual temor de los turistas a ser atacados por un puma, el director de Conservación de la Fundación Sebastián Di Martino mencionó que “no hay accidentes de ataques a personas; tendría que ser algo muy excepcional”, y aseguró que “muere más gente en el mundo atacada por un perro doméstico que por un gran felino, cualquiera sea la especie”.
Tras apuntar que “hay que ir con un guía para rastrear a los animales”, puntualizó que “de todos modos, en Argentina mucha gente camina por lugares donde hay pumas, sólo que no lo sabe o no los ve, como quienes hacen trekking por los parques nacionales Lanín o Los Glaciares, o en el Iguazú con el yaguareté, y no hay de ataques a personas”.
Fuente. Telam